Este año marcó un hito para Wiplash. Su álbum homónimo, el tercero de su carrera, emerge como un reflejo íntimo y honesto de su identidad musical. Jota, Daan, Diego y Smoke han recorrido un largo camino desde sus inicios como una banda joven e inexperta pero audaz. Ahora, con una propuesta sólida y madura, la banda no solo se reinventa, sino que redefine lo que significa ser una banda de rock en una era dominada por solistas y la viralidad efímera.
“Este álbum homónimo es una representación auténtica de lo que Wiplash significa para nosotros”, explica Jota. “Es una fusión de nuestras influencias personales, nuestras pasiones y nuestras experiencias. Queremos que la gente lo escuche con oídos abiertos, dejando atrás las expectativas de lo que solíamos ser”.
Desde sus primeros pasos, Wiplash ha explorado géneros, experimentado con estilos y colaborado con figuras clave de la música. Su primer álbum, RPDF, nació bajo la guía de músicos como Jan Toussaint y Omar Varu. El segundo, Narvarte, exploró un rock más tradicional con tintes modernos. Sin embargo, para este tercer trabajo, los integrantes tomaron las riendas por completo. Smoke lideró la producción de múltiples canciones desde su computadora, dando forma a más de 90 maquetas, de las cuales solo 12 llegaron al corte final.
“Cada canción es un universo”, cuenta Smoke. “Algunas las hicimos juntos desde cero, otras comenzaron como ideas individuales, pero cada uno aportó su esencia. Esto nos permitió crear un sonido que realmente nos define, lleno de matices y autenticidad”.
El disco, descrito por la banda como una despedida simbólica a su música anterior, construye un puente entre sus raíces y su presente. Desde la introspección de “Lo Hecho Está” hasta la energía explosiva de “Dis Mdfkrs”, el álbum narra no solo el viaje musical de Wiplash, sino también su crecimiento personal.
“Este disco es como un diario de los últimos dos años y medio de nuestras vidas”, dice Jota. “Refleja las relaciones, los momentos difíciles y las victorias que nos han moldeado como artistas y como personas”.
Temas como “¿Quién te hizo tanto daño?” destacan por su profundidad lírica y la dualidad de su sonido. Diego describe la canción como “una melodía alegre con una letra y un concepto visual oscuros y trágicos. Es el yin y el yang de nuestro álbum”.
Un momento clave fue la colaboración con Apocalyptica, la icónica banda finlandesa que fusiona metal y música clásica. “Los conocimos en el Coordenada, en Guadalajara,” recuerda Jota. “Querían trabajar con una banda joven de México, y ese encuentro inició un intercambio creativo que duró dos años.”
Además, el álbum se aventura con mezclas de géneros como el hyper pop combinado con rock, o el rap puro en canciones como “Wiplash”. Para Smoke, este álbum representa una libertad creativa sin precedentes. “Queremos que nuestra música conecte con las emociones de las personas, más allá de cualquier etiqueta o género”.
A lo largo de su trayectoria, Wiplash ha enfrentado críticas y prejuicios. Entre los rumores más persistentes: que son “hijos de papi” o un producto prefabricado. Diego lo desmiente con humor: “Si supieran cómo vivíamos al principio, se darían cuenta de lo lejos que está eso de la verdad. Dormimos en oficinas, compartimos comida y hasta lidiamos con piojos. Todo lo que hemos logrado ha sido gracias a nuestro trabajo y al apoyo de quienes creen en nosotros”.
Smoke añade: “Este álbum es la prueba de cuánto hemos evolucionado como músicos y productores. No somos un producto prefabricado; somos artistas que vivimos y respiramos nuestra música”.
El lanzamiento del disco es solo el inicio de una etapa emocionante para Wiplash. Con un reciente sold out en el Foro Puebla y una gira en puerta, los integrantes están ansiosos por llevar su música a nuevos públicos. “Quiero conquistar México y luego expandirnos a países como Argentina, Chile, Colombia y Estados Unidos”, afirma Jota.
Diego resalta la conexión con el público en vivo: “Es increíble ver las reacciones de la gente cuando tocamos canciones como ‘Wiplash’. Hay una energía que no se puede describir con palabras”.
Wiplash no es solo un álbum; es una declaración de intenciones. Es el sonido de una banda que ha encontrado su voz, que se atreve a experimentar y que abraza tanto lo bello como lo caótico de su viaje. Con este trabajo, Wiplash consolida su lugar en la escena del rock latinoamericano y abre la puerta a un futuro lleno de posibilidades.
Como dice Smoke: “Esto es solo el comienzo. Lo que más nos emociona es seguir creando, explorando y conectando con la gente de maneras que aún no hemos imaginado”. Y, a juzgar por su pasión y talento, ese futuro promete ser brillante.
Lee la plática completa a continuación:
Es común que el álbum homónimo sea el primero, pero ¿este disco es el que más los representa?
J: Sí, así es. Al principio íbamos a ser una boy band y no teníamos idea de cómo hacer rock. Tuvimos fans antes de tener música, y sinceramente no sabíamos tocar. En nuestro primer álbum, RPDF, contamos con la ayuda de Jan Toussaint, Omar Varu y Adrian Toussaint. Luego, en Narvarte, Flip Tamez y Pepe Madero nos guiaron. En ese momento, dependíamos mucho de ellos. Para este tercer álbum, ya empezamos a producir nuestras propias canciones. Smoke lleva produciendo en su computadora unos dos años y medio, y de ahí salieron 90 maquetas, de las que elegimos 12 que mejor definen nuestro sonido actual.
¿Lo ven como un álbum debut, considerando los anteriores como experimentos?
J: En cierto sentido, sí. Este álbum marca un nuevo inicio. Queremos que quienes nos escuchen lo hagan sin prejuicios, dejando atrás lo que Wiplash solía ser. El pasado fue un camino para construir esto, y ahora comienza algo diferente. De hecho, el intro es una despedida a nuestro pasado.
¿Por qué este disco representa más a Wiplash?
J: Por la combinación de influencias y el proceso creativo. Las canciones se sienten muy orgánicas porque volvimos a nuestras raíces y gustos personales. Algunas canciones las hizo uno solo, otras las trabajamos en pares o en conjunto, y todas tienen su propia historia y enfoque. Por ejemplo, Como Yo refleja el universo musical de Diego, mientras que Poco Natural es puro hyper emo pop, muy de Smoke. Wiplash es puro rap, decidimos quitarle el coro para dejarla en su esencia. Y Quién te hizo tanto daño es una introspección sobre relaciones tóxicas. Cada canción es un universo único.
¿Les gustaría que el público enfoque más allá de los géneros que fusionan?
J: Sí, que escuchen las letras y la historia detrás del álbum. Este disco refleja lo que vivimos en estos dos años y medio. Wax, nuestro manager, y Valeria, nuestra A&R, nos contaban cómo a veces queríamos abandonar todo porque nada parecía funcionar, pero logramos rescatarlo. Aunque fue un proceso complicado, estamos felices con la recepción. En dos semanas alcanzamos 850 mil streams en Spotify, y eso nos motiva mucho.
Diego: El recibimiento nos ha sorprendido porque este álbum es totalmente diferente a los anteriores. Aunque comparte algo de la esencia del primero, RPDF, como la mezcla de rap y trap, es un sonido renovado.
¿Qué historias cuentan las canciones?
Smoke: Algunas son muy personales. Poco Natural y Postre para uno hablan de relaciones que terminan mal, dejando una sensación de vacío. Dis Mdfkrs, en cambio, nació de un freestyle que grabamos en una hora, reflejando nuestra ética de trabajo.
J: Muchas canciones surgieron como una despedida a nuestro pasado musical. Lo hecho está, por ejemplo, es una analogía de seguir tocando canciones antiguas, aunque ya no las promocionemos. Otras como Dame tu amor, una canción muy personal de Diego, fueron colaborativas y enriquecidas por todos.
¿Cómo fue la colaboración con Apocalyptica?
J: Los conocimos en el Coordenada de Guadalajara. Nos dijeron que buscaban trabajar con una banda mexicana más conectada con las nuevas generaciones. Intercambiamos ideas durante dos años, experimentando con varias versiones hasta volver a la original. Fue un proceso largo, en parte porque viven en Finlandia, pero valió la pena.
Este es el disco en el que más tiempo han invertido. ¿Por qué?
J: Llegamos a un punto de desesperación en mayo. Estábamos bloqueados creativamente, aburridos y frustrados. Smoke y Daniel se tatuaron la cara, y yo me rapé y tatué el cráneo. Pero decidimos ser pacientes para asegurarnos de que el álbum quedara como queríamos.
En un mundo más de solistas, ¿cuáles son los retos de ser una banda?
J: Es caro armar shows completos con batería y backline. Muchas veces, la logística es complicada.
Diego: Además, muchos artistas ahora solo llevan un DJ. Nosotros preferimos presentaciones con toda la banda, aunque implique más esfuerzo.
¿Qué idea falsa de Wiplash les gustaría cambiar?
J: Que somos “hijos de papi”.
Diego: Ese rumor nos da risa porque no tiene nada que ver con nuestra realidad. Cuando llegamos a la ciudad, apenas sobrevivíamos. Dormimos en una oficina prestada, compartimos una quesadilla entre cuatro y hasta tuvimos piojos por usar almohadas de la calle.
Smoke: También está el rumor de que no componemos ni producimos. Eso es mentira. Todo lo que hacemos es resultado de nuestro esfuerzo y talento.
Cuéntenme del video de ¿Quién te hizo tanto daño?
J: El director, Rocket, lo conceptualizó como una autopsia para descubrir quién te hizo daño. Es oscuro, como Marilyn Manson, pero contrasta con el sonido feliz de la canción. El mensaje es abierto, resonando con diferentes tipos de relaciones.
Diego: Es una canción alegre con un video trágico, y esa dualidad refleja el álbum: lo bonito y lo oscuro, un ying y yang.
¿Qué les emociona más del futuro?
Smoke: Hacer más música. Este álbum nos permitió involucrarnos más en la producción, y eso nos motivó a seguir creando.
J: Me emociona llevar nuestra música a otros países. Quiero una gira extensa por México, Sudamérica y Estados Unidos.
