No Nos Cuenten Cromañón: “Mientras siga existiendo la coima y la corrupción no estamos exentos de que vuelva a pasar”


El lunes se cumplirán 20 años de una de las tragedias más grandes que hayan ocurrido en el país, cuando en la noche del 30 de diciembre de 2004, luego de un incendio en un recital del grupo Callejeros, en Cromañón, murieron 194 personas, una lista que con el correr de los años se engrosó con al menos 17 sobrevivientes que se quitaron la vida (la cifra sería aun mayor, ya que muchos familiares de jóvenes que asistieron a aquel recital y que se suicidaron en estas dos décadas no quisieron que se hiciera público).

“Lo que pasó esa noche es parte de mi vida y va a seguir siéndolo”, dice Diego Cocuzza, sobreviviente y presidente de la ONG No Nos Cuenten Cromañón, organización que, como todos los años desde 2007, este lunes realizará un acto en el Obelisco en homenaje a las víctimas, los sobrevivientes y los familiares de Cromañón. “El tema es cómo cada uno toma ese dolor que vivió aquella noche. Yo lo tomo desde un lugar de la militancia de la difusión de la causa y más que nada de lo que pasó para que a través de la memoria no se vuelva a repetir algo similar. Y no sé si eso puede ser posible, porque mientras siga existiendo la coima y la corrupción no estamos exentos de que vuelva a pasar otro Cromañón”.

Cocuzza acaba de cerrar un año en el que ofreció charlas sobre la tragedia en 42 ciudades diferentes del país, cubriendo todas las provincias argentinas y la ciudad de Buenos Aires, en apenas 10 meses, acompañado por la presentación del libro Voces Tiempo Verdad, escrito por el periodista Bruno Larocca y encargado por la propia ONG No Nos Cuenten Cromañón.  “Teníamos la necesidad de hablar sobre Cromañón, de contar la verdad, en todas las provincias del país y el libro fue la mejor excusa que encontramos. Básicamente lo que hicimos fue una charla junto a Larocca, en la cual mostrábamos también material audiovisual y la gente podía preguntarnos sobre lo que pasó. Recibimos mucho cariño de la gente, desde Jujuy a Ushuaia y desde niños de 9 años que querían saber qué había pasado en Cromañón hasta señoras de 70 que nos agradecieron por informarla con la verdad”.

¿De dónde surge la necesidad de crear No Nos Cuenten?

Surgió de la necesidad de tener un espacio para poder difundir la verdad sobre Cromañón, porque somos los que estuvimos ahí, los testigos de todo esto. Y en su momento, en los medios había gente hablando de Cromañón y de rock que en su vida había pisado un recital de rock: Mauro Viale, Chiche Gelblung, Eduardo Feinmann. ¡No sabían de lo que estaban hablando! Y se dijeron muchísimas mentiras.

¿Cuál creés que fue la mentira más grande que se dijo sobre Cromañón en estos años?

Hubo bastantes cosas. La principal fue apuntar las causas de lo que ocurrió a unos pibes que estaban tocando arriba del escenario. Y eso fue intencional también, porque hubo gente a la que le pagaron para opinar de esa manera. Al poder político de ese momento le servía que se hablara de Callejeros, de las víctimas…Al Gobierno de la Ciudad le servía que se hablara de la criminalización de las propias víctimas. Se inventó también una supuesta guardería en el baño de Cromañón, se habló un montón de eso y no se habló tanto de la responsabilidad de los funcionarios del Gobierno de la Ciudad que habilitaron el lugar. Decían: “Cómo no les va a pasar eso si eran todos unos negros de mierda que prendían bengalas en lugares cerrados, dejaban a sus hijos en un baño y eran unos drogadictos”. Esa es la imagen que se construyó de las propias víctimas. Y les funcionó. (Aníbal) Ibarra (por entones Jefe de Gobierno de la ciudad) fue sobreseído en la etapa de instrucción del juicio; hubo tres funcionarios condenados en el juicio principal con penas menores a las del escenógrafo de Callejeros. ¿Se entiende? El cantante de Callejeros tuvo el doble de pena que el funcionario público que habilitó ese lugar. Todo una locura. Se construyó tanto la demonización de las víctimas y de la banda que pasó eso. Incluso pasó con (Omar) Chabán. Yo creo que después del Estado fue el principal culpable, pero así y todo, también los medios generaron una demonización de Chabán. Sí, fue uno de los responsables de las 194 muertes de esa noche. Entonces hay que juzgarlo, que vaya preso, de hecho se murió en la cárcel, pero así y todo estuvo muy mal su demonización.

¿Te llamaron para dar tu testimonio en el documental que estrenó la plataforma Amazon hace unos meses?

No sé por qué figura mi nombre en los créditos, pero no participé. Intenté comunicarme para saber por qué estaba mi nombre, y todavía no lo logré. Sí está el testimonio de un compañero. Me dijeron que está muy bien, yo no lo vi, porque considero que antes de este fin de año no esté en condiciones de ver la serie o el documental. Trato de cuidar mi salud mental. Pero entiendo que el documental se basa en los testimonios del juicio, que duró un año entero y en el que declararon 300 testigos, y es con esas declaraciones que el tribunal definió la absolución de la banda y condenó a Chabán y a los funcionarios… Después todo se dio vuelta en Casación.

¿Y de la serie qué comentarios te llegaron?

La serie no tiene ningún sentido que la vea, ya me contaron todo lo que aparece. Si me pedís una crítica te puedo decir un montón de cosas porque sé todo lo que aparece, pero prefiero no verla. Hay una estigmatización de la juventud en los primeros capítulos, hay una escena en la que muestran el hecho en sí y muestran que hay linternas dentro de Cromañón y eso nunca pasó, si no, muchos nos hubiéramos salvado más rápido. Hay una escena en la que están unos chicos en una esquina saltando con una bengala y nosotros no íbamos con bengalas en el bolsillo por la vida, no pasaba eso. No estábamos todo el día borrachos o drogados. Hay una estigmatización muy marcada que después se revierte un poco cuando muestran que los pibes que estuvimos ahí salvamos vidas, cuando muestran que no había una guardería en el baño. Tiene cosas que están bien y otras que no. Lo más positivo que tiene es que se hable de Cromañón.

¿Qué cosas creés que cambiaron después de Cromañón?

Cambió la consciencia de la gente en general, si bien nosotros no hacemos eje en la bengala cuando hablamos de Cromañón, porque no fue la bengala lo que hizo que ocurra lo que pasó, porque hubiera pasado lo mismo con un cortocircuito, si aprendimos que esa costumbre que teníamos de celebrar cuando una banda tocaba una canción que nos gustaba con una bengala o pirotecnia en general, estaba mal y era peligroso. Salvo excepciones hoy no se prende pirotecnia y cuando pasa es automáticamente repudiado. El problema es lo que decía antes, mientras siga habiendo corrupción no importa si prendemos o no una bengala. Cualquier mínimo accidente que pasara en Cromañón con todas las irregularidades que había en el local, iba a desatar una tragedia: la puerta de salida cerrada con un candado, el techo inflamable, de los cuatro extractores de aire funcionaba uno solo porque los habían tapado con tres canchitas de fútbol, la sobrecapacidad del lugar, porque Chabán sobrepasaba la cantidad de público que podía entrar en todos los recitales, no solo en el del 30 de diciembre de 2004, los matafuegos vencidos, las luces de emergencia que no funcionaban… Todo ese cóctel se dio porque hubo alguien que cobró una coima para habilitar el lugar. Yo fui a ver un recital a un lugar habilitado por el Gobierno de la Ciudad, y Callejeros fue a tocar a un lugar habilitado por el Gobierno de la Ciudad, con todas esas irregularidades que te mencioné recién. Ahí se tendría que cerrar la discusión sobre Cromañón, pero después se instalaron tantas mentiras que todavía hoy se sigue discutiendo.

¿Qué significa para ustedes el acto que realizan todos los 30 de diciembre?

Es un espacio que encontramos los sobrevivientes para pasar ese día un poco menos peor e incluso permitirnos disfrutar de un poco de música y acompañarnos. Años anteriores de empezar a hacer esto nosotros, había un solo lugar para ir, una marcha en la cual desde el escenario había gente que decía cosas con las que no estábamos de acuerdo y terminamos siendo echados a las piñas de ese lugar, con violencia física y verbal. Decidimos crear esta organización y hacer este acto para encontrarnos y para estar mejor ese día.

Veinte años después, ¿qué recordás de aquella noche?

Me acuerdo de todo de esa noche, pero le doy la importancia que tiene, la de una experiencia horrible que me tocó vivir y trato de con ese dolor que me generó, hacer algo positivo. Nosotros hacemos un acto donde hay vida, hay música, que es algo que a muchos de nosotros nos salvó. Hacemos un programa de asistencia de salud mental, que dirigen tres licenciadas de las cuales dos son sobrevivientes también. Estoy muy orgulloso de eso, es algo que ni nos imaginábamos que podríamos llegar a lograr y estamos ayudando a un montón de gente. Incluso con el tema de la serie se multiplicaron las consultas para la asistencia. Hicimos un libro que cuenta la verdad y fuimos a hablar de Cromañón por todo el país. Porque si nos quedamos solamente con el dolor que nos generó todo lo que vivimos ahí, no hacemos nada. Yo preferí siempre este camino.

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