
Los sonidos del folclor innegablemente dejan una huella en los artistas. Para algunos es simplemente una música que identifica al país, pero para otros, es una fuente de conocimiento, no solo musical, también social e histórico del que echan mano para crear nueva música partiendo de esa raíz ancestral llamada folclor.
Adriana Lucía López nació en Santa Cruz de Lorica, Córdoba, lugar al que se transporta con este nuevo disco titulado Adriana Lucia y abraza todas las etapas de su vida. Es un viaje al pasado en donde conecta con sus raíces, conecta con la niñez a pata pela’ como dice la artista que dio origen a esta sonoridad que entrelaza al folclor con nuevos sonidos e instrumentos hasta hoy en día.
¿Cómo fue iniciar tu carrera dentro del vallenato? Hace algunos años atrás había estado Patricia Teherán, pero igual, ¿en algún punto de tus inicios sentiste algún tipo de resistencia al ser una mujer cantando vallenatos?
Yo llegué al mundo del vallenato accidentalmente, inicialmente fue porque mi papá me dijo que debía aprender un vallenato, yo misma le dije que no, que el vallenato no era para mujeres y mucho menos para niñas, yo tenía 12 o 13 años.
Cuando vio que a mi me tocaba ‘La Gota Fría’, dijo: “tu no vas a cantar eso, una mujer no puede cantar esa canción”.
Igualmente unos años más adelante salió mi primer disco que era de vallenatos y justo en esos tiempos murió Patricia Teherán, entonces la gente decía: “aquí está la sucesora de Patricia Teherán”, yo me sentía terrible porque imaginate uno queriendo empezar a cantar y de una tener semejante carga. Entonces, curiosamente al inicio sentí todo lo contrario, un gran apoyo al ser una mujer cantando vallenatos, que lindo que hubiera una niña interesada en el vallenato.
Más adelante en mi carrera fue que empecé a sentir ciertos rechazos. En el año 2000 se lanzó la producción de la canción del siglo, el director de la banda cuando vio que a mi me tocaba ‘La Gota Fría’, dijo: “tu no vas a cantar eso, una mujer no puede cantar esa canción”. Cosas por el estilo, también me decían que no podía tener otras mujeres en la agrupación, que nosotras no podíamos tocar el acordeón porque se nos espichan las tetas. También notaba mucho machismo pero por parte de las mismas mujeres, decían: “el vallenato no es para mujeres”, “las mujeres no deberían cantar esas cosas”…
Igual, también siempre sentí mucho cariño por parte de la mayoría al ser la única mujer dentro del vallenato en esa época.
Siguiendo con el vallenato, ¿cuál es tu perspectiva del vallenato de hoy en día?
Siento que cada vez está más alejado del vallenato, cada vez se parece menos al vallenato [Risas].
El vallenato es muy lindo, es historia, son crónicas, eso es lo que transmiten las composiciones dentro del vallenato y cada vez estamos más alejados de eso. Yo entiendo que debemos sobrevivir y apoyo completamente las fusiones, pero siento que más que fusiones, lo que se está haciendo hoy en día son otros géneros con pinceladas de vallenato, no vallenato con pinceladas de otros géneros.
Igual, se están haciendo cosas muy bonitas, ahora no conozco mucho del panorama del género, pero sí me gusta que hay muchas más mujeres. También pienso que es muy difícil proponer nuevas cosas dentro del vallenato, la mayoría de personas ahora hacen covers porque ahora dentro de la música es muy difícil entrar con música nueva. Pienso que estamos en un momento en el que se debe volver a la raíz de la música.
En el 2008 lanzaste Porro Nuevo, un disco en el que ya te desprendes del vallenato y te envuelves en el porro, pero con sonidos modernos. ¿Cómo tomaste esa decisión de cambiar y qué fue lo que te inspiró para darle ese nuevo toque sonoro a los porros?
Porro Nuevo es mi sonido asumiendo todo, desde mis composiciones hasta la sonoridad del disco, claro, todavía de manera muy experimental, ahora lo escucho y con algunas canciones digo: “esta canción la pudimos hacer con la mitad de los instrumentos” [Risas], pero indiscutiblemente es un gran álbum.
Conectar con esa niña y con lo que soñaba, este álbum representa los sueños de mi niñez.
Para mi este disco es como cuando trabajas en una empresa, pero ya llegó el momento de montar tu propio negocio, para mi eso fue Porro Nuevo. Fueron mis propias directrices y hasta en cosas tan superfluas como el look, antes me debía peinar de determinada manera y en este disco ya no, ya pude ser yo libremente, pude cantar mis propias canciones, cosa que antes no había pasado, me estrené como cantautora y eso indudablemente significa un antes y un después.
Fue una conexión con mi infancia, yo decidí hacer un viaje de pueblo en pueblo, conectar con las décimas, con los cantos de vaquería, con lo que yo soy. Conectar con esa niña y con lo que soñaba, este álbum representa los sueños de mi niñez.
Hay una canción muy especial en este disco que es ‘Porro Bonito’, compuesta por mi papá cuando yo tenía 8 años, fue muy especial para mi poder grabarla.
Sabía que iba a ser un gran reto que la niña del vallenato saliera con esta nueva propuesta dejando de lado al vallenato, pero se logró.
Ya para hablar de este nuevo disco llamado Adriana Lucia, ¿por qué crees que exaltar el folclor y seguir transmitiendolo es importante?
Aquí me gustaría aclarar que yo no hago folclor, decir que yo hago folclor sería un sacrilegio y hasta ofensivo de mi parte para con la gente que de verdad hace folclor. De igual manera, para mi es súper importante exaltar a las personas que estuvieron detrás mío, poder decir que soy hija de estas matronas, mujeres que se abrieron camino en un mundo sin internet, poder darle honra a ellas para mi lo es todo.
El folclor es la fuente, cada vez que me pierdo, allá voy a buscar con mi mucura.
Así como la comida cuenta una historia, imaginate la música, la música es nuestra identidad, la música es el reflejo de nuestra sociedad, es importante recordar nuestras raíces para que más adelante no vaya a haber un teléfono roto y no conozcamos ni el significado de las palabras que decían antes. Yo entiendo que no todo el mundo sueña con eso, pero alguien sí debe soñarlo porque es nuestra identidad, esa es la bandera que me puse yo solita [Risas] y también con la que busco inspirar a las nuevas generaciones, que se puede ser músico partiendo de sonidos que vienen de nuestras raíces. El folclor es la fuente, cada vez que me pierdo, allá voy a buscar con mi mucura.
Hace no mucho Los Cumbia Stars hablaron con ROLLING STONE en Español y principalmente querían transmitir que la cumbia más que colombiana, ahora hace parte de toda Latinoamérica, ¿tú cómo lo ves?
Amo a Los Cumbia Stars pero debemos seguir hablando de cumbia colombiana porque es la madre y la madre no se puede negar. Ahora muchos colombianos hacen cumbia villera o cumbia mexicana, cosa que no está mal, pero hay que conocer la raíz colombiana, volvemos a lo que te dije antes, se empieza a generar un teléfono roto y terminamos siendo una imitación de los ecos de la cumbia.
Amo que en Latinoamérica se este haciendo tanta cumbia, gracias a la argentina y mexicana es que podemos hablar de cumbia dentro del gran universo de la industria y aunque nuestra cumbia colombiana sea la mamá, nosotros no somos tan consumidores de este género, pero repito, hay que revisar la genética y mirar de dónde vienen las cosas así hayas sido criado por otros. Yo siempre uso el hashtag CumbiaColombiana, porque es contar la historia de lo nuestro, de Los Gaiteros de San Jacinto, Totó la Momposina, Landero, Lisandro Mesa…
Dentro del disco hay una champeta que grabaste junto a tu hermana Martina La Peligrosa, ‘Mi Vida Entera’. ¿Quisiera saber cuál es tu perspectiva de la champeta y si crees que podría considerarse folclor?
Innegablemente es un sonido afro que replicamos, un sonido replicado por una población caribeña excluida, partimos de que la palabra ‘champeta’ o ‘chambeta’ hace referencia a un cuchillo, desde ahí ya se está contando una historia, en estos barrios mataban mientras uno bailaba.
La champeta es una expresión de las Antillas, una población caribeña, negra y excluida que intenta ser feliz.
Cuando yo era pequeña tenía prohibido escuchar champeta y decir la palabra champetuda era para referirse a alguien de manera despectiva, pero todo va cambiando y hay una frase que me gusta mucho que dicen Los Gaiteros de San Jacinto en una canción, es como: “Se oye un rumor de la cumbia, cuando bailaba Soledad / este sonido de tambores que se hizo fuerte en la ciudad”. Así como la música nace en los campos y por poblaciones excluidas, se hace fuerte es en la ciudad, eso fue lo que sucedió con la champeta y todos los géneros, hasta que llega a la ciudad y las elites, es que ya se da el aval de poder escucharlos, esa es la parte social inmersa en todo esto.
Para mi la champeta es una expresión de las Antillas, una población caribeña, negra y excluida que intenta ser feliz. Yo no sabría si decirle folclor, tal vez no por el origen de sus instrumentos que no tienen nada que ver con los de nuestro folclor y menos ahora que sus sonidos están migrando a los computadores y cuestiones programadas.
La champeta es una expresión súper contundente y valida, arraigada a nuestra cultura caribe y hoy en día es un sonido que también representa a Colombia.
Pasamos al plato fuerte del disco, ‘La Candela’, una propuesta arriesgada donde entrelazas dos canciones que inmortalizó e inmortalizaron a Totó la Momposina. ¿Qué tantos nervios o qué tanta responsabilidad sentías al momento de grabarla y lanzarla?
Totó fue la culpable de esto [Risas], hace un par de años me invitó a participar en lo que fue su despedida en el Festival Cordillera, para mi fue un gran honor. Cuando me asignaron las canciones sentí una gran responsabilidad porque la estaba representando a ella, pero también sentí, después, un poco de libertad y fue que dije acá tiene que ser.
Estas canciones siempre las monto en vivo, eso me ayuda mucho a corregir. En esta propuesta lo más difícil fueron las baterías, que no chocaran con los golpes que no son tan conocidos como los del chandé, ritmos que no son comerciales y de los cuales es muy difícil tener referentes. Fue un reto enorme que se sintiera una canción de Totó la Momposina y de la cual se sintiera orgullosa. Me encanta que lo veas como el plato fuerte del álbum porque fue un trabajo muy juicioso.
Recuerdo que a la mitad de la grabación de la tambora les dije a todos que pararan, porque recordé que hay un video en donde ella dice: “suena la tambora” y luego “ese si es” al tamborero, yo no recordaba bien si lo había grabado bien, entonces hice un par de llamadas y les ponía a los percusionistas por el teléfono lo que estábamos haciendo para hacerlo de manera correcta. Toda esta carreta te la cuenta para que vean el compromiso con que se hizo y el conocimiento, para no faltarle el respeto a nadie, obviamente con un enorme amor y deseo de que las nuevas generaciones canten y bailen a Totó la Momposina.
Hablando de leyendas de nuestra música, ¿cuáles son o cuáles han sido esos artistas que te han inspirado y que te enamoraron del folclor?
La primera que me enamoró de nuestra música fue Lucy González, ella ciega cantando en un mundo de hombres. Cantó en las orquestas más famosas de esa época en Colombia y fueron canciones que llegaron a mi gracias a mi papá, me enamoró su voz ronca y gruesa porque yo no encontraba identidad en otras voces femeninas, tania una fuerza al cantar que se imponía para con esas personas que decían que no eran canciones para mujeres, imaginate a ella cantando ‘El Polvorete’, semejante canción tan masculina. Sin duda la música de Banda 19 de Marzo de Laguneta, es el himno de Córdoba y todas las bandas que cantaban canciones de nuestro folclor.
De los últimos tiempos sin duda Carlos Vives, yo recuerdo la primera vez que escuché Clásicos de la Provincia, un primo mío que era súper metalero me dijo: “mira, este tipo esta loco, mira lo que lanzó, suena hasta bacano”. Ese disco fue determinante e inspirador.
Ya para finalizar, ¿por qué este disco lleva tu nombre?
Curiosamente yo siempre dudo con el título de mis discos, tengo una saga de Porro Nuevo, Porrock, Porro Hecho en Colombia, muchos porros y casi siempre son nombres que ponen otras personas y yo discuto la viabilidad. Adriana Lucia es porque abrazo todas las etapas de mi vida, hay vallenato llorón que fue con el que comencé, el porro ‘Lamento Sinuano’ que es una denuncia ecológica para con la represa de Urrá, canción escrita por mi papá en el 95, también está ‘Te lo digo en cumbia’ que ha tenido un gran recibimiento por parte de la gente y es mi sonido futurista de la cumbia. Este disco me reconcilia con un montón de cosas, también hay una balada en ‘Dos extraños’. Este disco soy yo.
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