A lo largo de casi cuatro décadas, Dolce&Gabbana ha hecho del exceso una forma de arte y de la tradición italiana, un manifiesto estético. Desde sus inicios, la marca ha mezclado la opulencia siciliana con una sensibilidad moderna, logrando que sus colecciones creen toda una narrativa en torno a elementos, texturas y colores, con historias que suelen girar en torno a la pasión, la teatralidad y la artesanía. Ahora, Domenico Dolce y Stefano Gabbana nos presentan un corte más de su universo creativo, con una colección que continúa redefiniendo los códigos de la moda masculina.
Se trata de Paparazzi, su propuesta masculina para Otoño/Invierno 2025, una colección que trae al cine al centro de la conversación. Inspirada en la figura del paparazzo, inmortalizada en el clásico de 1960, La Dolce Vita de Federico Fellini, la línea explora la vida de los iconos de la pantalla grande: sus momentos públicos, sus espacios privados y el magnetismo que habita en la intersección de ambos mundos. Esta colección, más allá de presentar prendas, pretende capturar el aura de una estrella, ese algo intangible que fascina y transforma al espectador en testigo. Entre el glamour del día a día y la sofisticación de la alfombra roja, Dolce&Gabbana propone una colección que traduce la fascinación por el cine en códigos de estilo para el hombre contemporáneo.
Aquí, el día y la noche no son solo momentos de un ciclo cotidiano, sino escenarios donde el estilo puede tomar diferentes formas. La línea diurna apuesta por la comodidad estilizada, con cortes amplios y tejidos texturizados que transmiten una estética casual, sin comprometer el diseño. Los pantalones plisados, las chaquetas de cuero tratado y el denim desgastado se combinan con camisetas de apariencia relajada para dar la sensación efortless, a la luz del estilo de vida contemporáneo. Estos detalles, que llegan como parte de un intento por evocar el lujo silencioso, no son meramente decorativos, sino que responden a la búsqueda constante de funcionalidad y adaptabilidad en la vida diaria.
Por la noche, la colección despliega una faceta más refinada y opulenta. Inspirándose en los años 40, Dolce&Gabbana introduce broches con motivos florales y lazos que destacan sobre las prendas, elevando cada pieza para transformarse en un statement nocturno con un toque de nostalgia. Los trajes, siempre un punto fuerte de la casa, se presentan con solapas amplias y cuellos estructurados, combinados con camisas de raso y pañuelos que refuerzan la elegancia clásica y atemporal que tanto representa a la marca.
En paralelo, las capas juegan un papel crucial en la propuesta. Las superposiciones no solo aportan profundidad visual, sino que también rediseñan las proporciones tradicionales. Las chaquetas sin piel, ligeras y versátiles, dialogan con tejidos como la lana gruesa, el tweed o la franela pesada, mientras que las sudaderas cargadas con detalles de piel de oveja añaden un contraste táctil, exponiendo gran diversidad en materiales y acabados que subraya la capacidad de la casa de moda para innovar, sin perder sus raíces en la artesanía y la atención al detalle.
La elección de los accesorios, como suele ser habitual en las colecciones de Dolce&Gabbana, amplía el espectro estilístico de la colección de temporada. Los lentes de sol y de vista replican las texturas de las prendas con sus acabados tridimensionales y su estética vintage, mientras que los bolsos confeccionados en piel “Taurus” llegan como el accesorio perfecto para acompañar prendas tanto para el día, como para la noche. En el calzado, las botas con doble hebilla, los tenis con detalles contrastantes y las zapatillas modernas completan esta línea versátil con toques extravagantes.
Y, aunque se trate de una nueva entrega por parte de la casa, la colección no deja atrás piezas icónicas que forman parte del lenguaje visual de la marca, como los pantalones cargo inspirados en el utilitarismo, la clásica camiseta de tirantes y la boina. Estas prendas, que podrían parecer simples a primera vista, han sido reinterpretadas para resaltar su relevancia actual, ya sea como piezas individuales o como parte de conjuntos que encapsulan y reinventan la esencia innata de Dolce&Gabbana.
Lejos de ser una simple evocación nostálgica del cine clásico, esta colección se posiciona como una reinterpretación del glamour en clave contemporánea. Paparazzi no solo viste al hombre contemporáneo, sino que lo sitúa en un papel protagónico dentro de una narrativa que oscila entre la realidad y la fantasía. Entre prendas, Domenico y Stefan presentan un estudio sobre cómo el estilo trasciende lo superficial y se convierte en un lenguaje visual capaz de comunicar tanto carácter como intención. En cada pieza, la casa de moda se adentra en las múltiples facetas del hombre moderno: un personaje que no solo se mueve entre escenas, sino que las define con su presencia.
