Caso Julio Moura: “No buscamos venganza, queremos entender lo que pasó para poder sanar”, dice el hijo de la mujer que murió en La Plata


“Sabíamos que había una conexión muy íntima entre ellos dos. Ella nos hizo entender que, posiblemente, había un gusto mutuo. Quizás, algún tipo de atracción. Pero, formalmente, nunca nos comunicó que había una relación”, dice Kevin Bucker Murillo, el hijo mayor de Andrea Gloria Murillo Rojas, la mujer chilena de 53 años que vivía en la ciudad de Villarrica y que falleció en la noche del 2 de enero en la casa de Julio Moura, cuando visitaba al músico.

En las tres semanas posteriores al hecho, el joven se encargó de la repatriación de los restos de su madre que, según el primer informe policial que trascendió a los medios, habría muerto mientras practicaba un “juego sexual” con el músico de Virus en la casa del músico. Aunque habían publicado un comunicado, es la primera vez desde el incidente que un miembro de la familia accede a una entrevista, en exclusiva con ROLLING STONE ARGENTINA.

“Mi mamá siempre habló de Julio como una persona como retraída, pero muy cariñosa”, explica Kevin. “Y siempre habló muy bien de él. Y yo veía que mi mamá se entretenía mucho con él. Le gustaba hablar con él, mucho. Y eso es algo que a nosotros nos gustaba ver. La nuestra es una familia muy artística y eso también se traduce a una familia de mucho amor, una familia muy empática. Y nosotros no estamos en ninguna postura de venganza, lo único que queremos es entender. Entender con detalles, porque en este proceso no puede quedar ni la más mínima duda. O sea, si al final de todo esto, aunque quede una sola duda, es una duda que no ayuda a sanar. Y creemos que mientras más se sepa y más se aclare todo, mejor podemos sanar”.

Julio Moura, de 68 años, es el guitarrista y compositor de Virus, uno de los pilares históricos del grupo, que en 2024 llenó el Movistar Arena, celebró los 40 años de Relax en el teatro Gran Rex y, casualmente cerró el año con un concierto en el Hipódromo de Santiago de Chile. También había lanzado, en 2018, Enigma 4, su primer disco solista.

El sábado 25 de enero, finalmente, Kevin y su familia pudieron despedir a Andrea. Dado el perfil sensible y artístico de la mujer, y según describe Kevin de toda la familia Murillo, eligieron hacerlo con canciones. La última que sonó fue “Vuelta por el universo”, el tema que abre Colores santos, álbum de Gustavo Cerati y Daniel Melero lanzado en 1992 . “Esa canción la representaba mucho”, dice Kevin. “Para nosotros, como familia, queda como el recuerdo de ella. Ahora vamos a cuidar de sus animales, de sus pertenencias, de sus plantas. A dejar las cosas tal como ella las dejó y a recordarla de esa forma”.

Kevin está en paz. Le cuenta a ROLLING STONE que, básicamente, se enteraron de lo ocurrido por los medios. Que algún periodista intentó comunicarse con algún familiar para que ofreciese una declaración sobre lo sucedido, pero que inicialmente pensaron que se trataba de algún tipo de estafa. Rápidamente avisó al grupo familiar en Whatsapp, y fue en ese momento que vieron la noticia.

Kevin, ex integrante de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, reunió a sus hermanas y a toda la familia y comenzó a gestionar las comunicaciones con las autoridades: se comunicó con el consulado y con el Ministerio de Relaciones Exteriores hasta lograr, tres semanas después, la repatriación del cuerpo. “Obviamente, parte de la familia tenía rabia”, explica. “Sobre todo, por no entender las circunstancias. Nos reunimos para hablar y muchos de los familiares empezaron a vivir su duelo de forma inmediata. Pero yo no pude hasta ahora, el sábado finalmente pudimos velarla y darle entierro. Llegó a las nueve de la mañana y a las diez ya estábamos velándola y haciendo el entierro. Aunque todos tuvimos un proceso distinto, siempre nos mantuvimos unidos como familia”.

Kevin no ofrece una definición, ni esboza ninguna teoría, en relación a los hechos del 2 de enero en los que falleció su madre. “El proceso legal es lo que va a determinar con exactitud las circunstancias de lo que pasó. Tenemos que respetar ese proceso legal”, argumenta.

Andrea Murillo Rojas (Gentileza Kevin Buker Murillo).

“Yo como representante de la familia estoy en comunicación con el fiscal, que ha tenido muy buena disposición para mantenernos informados. Agradezco mucho a todos los que me brindaron apoyo en la Argentina: el consulado, el fiscal que nos contactó cuanto antes pudo. Pero, claro, es un proceso que nosotros tenemos que esperar. No podemos determinar exactamente qué fue lo que pasó. Pero, más allá de las circunstancias, de cómo sucedieron las cosas, toda pérdida de una vida, independientemente de cómo haya sucedido, cuando es abrupta es una tragedia. Y sólo tenemos que saber vivir con el dolor de no tenerla presente, pero siempre teniendo en cuenta cómo ella hubiese querido que siguiéramos adelante”, expone.

“Conociendo a mi mamá, tenemos que seguir viviendo y disfrutando la vida como ella hubiese querido: escuchando el agua del río en su casa, viendo los árboles moverse con el viento o el sol jugar entre las hojas de los árboles mientras escuchamos su música favorita”.

Andrea Murillo Rojas, a sus espaldas, la Catedral de La Plata. (Foto: Gentileza Kevin Bucker Murillo).

Kevin cuenta que, aunque está en contacto con familiares de Julio Moura, todavía no ha tenido contacto con el músico de manera directa. “Consideramos que mientras esté activo el proceso legal, lo más indicado sería no tener comunicación directa. Inicialmente, nos dieron las condolencias por lo que pasó y nos ofrecieron información y ayuda. Siempre se mostraron muy dispuestos a estar junto a nosotros”.

El hijo de Andrea se muestra tranquilo y expectante. “Tenemos que instruirnos sobre cómo funciona el sistema legal en Argentina, que puede ser un poco distinto al nuestro. De acuerdo a cómo proceda el fiscal y a la información que nos entregue, en base a eso -independientemente de lo que yo piense- si mi familia quiere tomar algún tipo de acción, tengo que hacer valer la voluntad de mi familia. Pero eso será a su debido momento. Ahora estamos muy tranquilos, simplemente con las ansias de saber un poco más a medida que avance la investigación”.

Kevin está en Villarrica, una ciudad pequeña, fundada a mediados del siglo XVI, conocida popularmente como la entrada al Sur de Chile, ciudad a la que su madre y el resto de su familia, se trasladaron hace tres lustros desde Santiago, fascinados por la conexión con la naturaleza que hay allí. “Muchos turistas pasan por acá”, relata Kevin. “La ciudad de Pucón, está casi al lado. Usualmente, mucha gente de Argentina viene a vacacionar a esta zona. Villarrica es un atractivo turístico, porque tenemos el lago y el volcán. El paisaje es precioso. Es un sector con mucho bosque, mucha flora y fauna. Es un lugar que encaja con quién era mi mamá. Un lugar muy tranquilo y muy conectado con la naturaleza”.

Antes de hablar con ROLLING STONE, Kevin le pidió a sus familiares que describieran a su madre, para armar una especie de retrato coral. Lo lee: “Era una persona que irradiaba felicidad. Rodeada de felicidad, optimismo y amor por la vida, a pesar de las adversidades que se le presentaban en todo ámbito. Ella era siempre muy activa en defender a las personas con quienes trabajaba, nunca se quedaba con la boca cerrada ante alguna injusticia. Eso hacía que ella trajera una humanidad única. Simpatizaba fácilmente con la gente, era respetuosa, risueña, chistosa y divertida. Eso la hacía muy especial”.

Y agrega, “Para nosotros, y sobre todo para mis hermanas, mi mamá era una luz que iluminaba y alegraba a su alrededor porque era una persona muy cálida. Quienes hayan visto su perfil de Instagram (que momentáneamente lo pusimos en privado), se puede apreciar cómo ella veía la vida. su perfil es un reflejo de su amor por lo que a ella la rodeaba, un amor que transmitió a los suyos. Ella fue, sin dudas, una persona hermosa”.

Aunque la artesanía era lo que la apasionaba (su hobby), su último trabajo fue como empleada en un hotel. Y la música era una parte muy importante de su vida desde pequeña. “Creció escuchado música clásica gracias a mi abuelo y rock gracias a mi abuela”, dice Kevin. “Le gustaban muchos estilos musicales, especialmente a partir de la adolescencia. Y en la última década la música adquirió un significado aún más profundo. Admiraba profundamente la obra de algunos artistas”, dice Kevin. Y lee un texto que su madre había escrito sobre el cantante de Virus, hermano de Julio: “Dentro de toda la variedad de artistas, cantantes y voces que uno puede encontrar a lo largo de la vida, la voz de Federico Moura, ha sido sin duda la que más profundamente me ha conmovido. Pudo y puede tocar las fibras de mi alma como ninguna otra. Despierta en mí profundas emociones y sensaciones. Me lleva a nuevas maneras de pensar, me tranquiliza cuando llegan los vientos difíciles y me acompaña en cada cosa que veo. Celebro tu vida y tu huella, tu integridad y tu valentía por haber bailado ante lo adverso, por haberte mostrado frente y sin disfraz. Y porque gracias a ti ya no hay tantos males para curar”.

Andrea en la estación Constitución, camino a La Plata. (Gentileza Kevin Bucker Murillo).

La banda sonora de la vida de Andrea incluía a Soda Stereo, a Los Beatles, Deep Purple, Pink Floyd, Aerosmith, Gustavo Cerati. Y Virus, por supuesto. “Los empezó a escuchar en su adolescencia e intentó verlos cuando fueron a Chile en los años 80. Pero aunque en aquella oportunidad no llegó al concierto, los empezó a seguir y  quedó encantada con el grupo”, relata Kevin. Hace tres años, a partir de una cuenta de Instagram que había armado en homenaje a Federico Moura, Andrea entró en contacto con Julio. “Desconozco bien cómo se inició el contacto”, dice Kevin. “Pero sabíamos que había comunicación entre ambos”. 

Su primer encuentro, en persona, fue en octubre de 2023, cuando Virus tocó en Chile. “Julio la invitó al concierto y ahí fue que se vieron la primera vez. Ella nos dio a entender, en ese entonces, que le provocaba mucho entusiasmo conocer a los integrantes de Virus. Ellos, además, ya habían estado hablando durante bastante tiempo. En ningún momento nos dio a entender que se trataba de un encuentro más íntimo o romántico”. 

Andrea había estado en Buenos Aires en diciembre de 2022 con una amiga. Por su fanatismo por Cerati, decía que quería conocer la Ciudad de la furia. Kevin lo recuerda perfectamente porque le mandó un video festejando una victoria de la selección argentina de fútbol en el Mundial de Qatar. Pero volvió a Buenos Aires a fines del año pasado, especialmente para encontrarse con Julio Moura. “Las veces que se habían visto acá en Chile era en los conciertos de Virus. Cuando viajó a conocerlo, nos contó que estaba tranquila, estaba contenta… Siempre mantuvo a la  familia informada de sus viajes: nunca estuvimos a la deriva o a oscuras [respecto de lo] que pasaba. Pero nunca nos habló formalmente de una relación”. 

Kevin dice que su madre no consumía ningún tipo de sustancias. Menciona, sí, que hace un año, en febrero de 2023, estuvo al borde de la muerte por un shock de diabetes. “No estaba diagnosticado y en esa ocasión casi la perdimos. Yo la saqué inconsciente del vehículo y fue uno de los sustos más grandes de mi vida. Estuvo hospitalizada una semana y la cuidamos mucho. Saliendo de eso, mi mamá entró de lleno al cuidado personal para cuidar su diabetes: prestaba mucha atención a la alimentación, hacía ejercicio y ni siquiera tomaba una copa de vino de vez en cuando. No había nada que la sacara de su rutina, del cuidado de la diabetes. Estaba muy apegada a ese régimen, estaba atenta a inyectarse insulina cuando fuera necesaria y atenta a las comidas, también. Mi futura esposa es nutricionista y ella la asesoraba. Sabía que no podía consumir nada que la pudiese desestabilizar con sus niveles de insulina”. 

Kevin, que trabaja en seguridad, tiene que entrar a su trabajo. La charla se diluye, pero, igual que a lo largo de toda la entrevista, está en paz: “Yo vengo de una familia estadounidense, viví allá con mi papá. Son todos militares, entonces mantengo un poco la compostura. Soy más directo con lo que hay que hacer. Y mi mamá siempre estuvo orgullosa de eso. Nos complementábamos mucho, ella y yo. Era una persona muy liberal y yo siempre me complementaba con ella en ese sentido, era el espacio donde yo también podía relajarme. Siempre estuvo orgullosa de mis logros en la militaría y buscaba a veces consejos en mí. Era una unión muy, muy especial la que teníamos”.

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