¿Por qué Emilia Pérez ha sido tan criticada en Latinoamérica?


La película Emilia Pérez, protagonizada por Selena Gómez, Carla Sofía Gazcón y Zoe Saldaña, ha generado un torrente de críticas en Latinoamérica, particularmente después de que alcanzara diez nominaciones a los Globos de Oro, superando a otros grandes estrenos de 2024. A pesar de la aclamación que recibió de la crítica, el filme, que sigue la historia de un narcotraficante mexicano que se somete a una cirugía de reasignación de género, no ha logrado conquistar al público latino, desencadenando un debate sobre la representación y la apropiación cultural.

El fin de semana, el filme dirigido por Jacques Audiard se hizo cuatro victorias en los Globos de Oro superando entregas como Wicked, The Substance, Cónclave, El Brutalista, entre otras. Sin embargo, estos galardones y sus innumerables nominaciones para esta temporada de premios ha reavivado la discusión en redes sobre la representación de la cultura latina, especialmente la mexicana, y el desarrollo de una trama que, para muchos, parece aludir a los mismos estereotipos de siempre. 

La historia se centra en Juan “Manitas” Del Monte, un poderoso líder de un cártel mexicano que, buscando escapar de su vida criminal y vivir como la mujer que siempre ha deseado ser, solicita la ayuda de Rita Mora Castro, una abogada que le asistirá en su transición a Emilia Pérez. La película explora temas de identidad, transformación y las complejidades de la redención en un entorno dominado por el crimen organizado. 

Y si bien Audiard logró adentrarse en un “territorio inexplorado” para dar vida a “una experiencia cinematográfica única que desafía convenciones”, como señaló ROLLING STONE en Español en su reseña, si se analiza más a fondo, el filme también presenta una desconexión con la cultura latina, un tema sensible en el contexto de una región donde las discusiones sobre identidad son cada vez más intensas. En este sentido, muchos espectadores cuestionaron si celebridades como Selena Gómez, que aunque de ascendencia latina, cuentan realmente con la capacidad de encarnar a personajes complejos, pues no entienden las luchas o realidades de la sociedad mexicana y latina.

De los personajes principales, sólo Epifanía Flores, fue traída a vida por una actriz mexicana: Adriana Paz. El resto de miembros del elenco eran, en su gran mayoría, norteamericanos de ascendencia latina, a excepción de Gazcón, quien es española. Esta disparidad no es un caso aislado, sino parte de un patrón más amplio que deja en desventaja a los actores latinoamericanos dentro de la industria del cine, e incluso en otros campos culturales globales.

Adriana Paz como Epifanía Flores.
Why Not Productions.

Para sumar a la desconexión entre los personajes y sus intérpretes, el director también fue señalado por no hacer el intento de ambientar su obra lejos del estereotípico y fetichizado mundo criminal latinoamericano, en relación con el narcotráfico y las actividades ilícitas que tanto han marcado, no solo la historia de México, sino de toda Latinoamérica. 

Y es que en sus propias palabras, Audiard afirmó que no invirtió mucho tiempo en indagar sobre México y su cultura. “Lo que tenía que entender ya lo sabía un poco”, comentó desde la alfombra roja del Festival Internacional de Cine de Morelia 2024. Estas declaraciones generaron más indignación entre el público latinoamericano, quienes además señalaron que es un director francés haciendo una película en español, sin tampoco saber mucho sobre el idioma. 

Este hecho también abrió una discusión sobre la interpretación de Selena Gómez y su pronunciación del español. Así es como el debate llegó a boca de talentos mexicanos como el actor Eugenio Derbez, quien comentó sobre la actuación de la también cantante norteamericana. Aunque señaló que no es una mala actriz, indicó que su interpretación podría haber caído en la comedia, en lugar de tomar un enfoque más serio, acorde con la propuesta narrativa del filme. “Selena es indefendible”, comentó el actor en su aparición en el podcast Hablemos de Cine Con

Tras estas declaraciones, mientras unos defendían que el papel de Gómez era en efecto una estadounidense que habla español, otros hablaban del doble estándar en la aceptación de los errores lingüísticos. En la cultura angloparlante, los latinos han sido constantemente presionados para dominar el inglés a la perfección, mientras que a los extranjeros se les permite cometer errores en español y, aparentemente, ser premiados por ello. 

Sin embargo, la adaptación del guión para justificar las limitaciones lingüísticas y culturales de la actriz no sólo subraya las dificultades de su preparación, sino que también plantea preguntas más amplias sobre las prioridades detrás de la producción. Originalmente, el personaje de Jessi Del Monte no tenía vínculos con Estados Unidos, pero se le atribuyó una ascendencia norteamericana para ajustar la narrativa al perfil de Gómez, como afirmó Carla Hool, la directora de casting del proyecto. 

En paralelo, la actuación de Karla Sofía Gascón como Emilia Pérez ha sido ampliamente reconocida, incluso considerada como una de las más destacadas de su carrera. La actriz trans, aporta autenticidad al papel de un personaje que atraviesa un proceso de transición mientras lidia con su pasado como narcotraficante. Sin embargo, algunos críticos han argumentado que el guión no profundiza lo suficiente en las complejidades de su identidad, dejando una sensación de superficialidad en un tema que aún sigue siendo tan delicado.

Carla Sofía Gazcón como Emilia Pérez.
Why Not Productions.

Para muchos, Emilia Pérez fue una nueva forma de apropiación cultural que simplifica las complejidades de una sociedad marcada por desigualdades, violencia estructural y la interminable lucha por una representación internacional mucho más justa. Y, como si fuera poco, el proyecto se grabó, en gran parte, en Francia. Audiard intentó recrear ciudades como Ciudad de México, Tel Aviv y Suiza en un estudio de París, e incluso afirmó que habría visitado méxico “tres o cuatro veces”, pues filmar en los países en donde se ambientaría la película le parecía “limitante”.

A pesar de estas críticas, Emilia Pérez se ha posicionado como un fenómeno cultural que no deja a nadie indiferente. Las conversaciones que ha generado van más allá de la industria del entretenimiento, tocando fibras sensibles relacionadas con la identidad, el género y la percepción global de la cultura latina. Pero, ¿hasta qué punto el cine internacional puede retratar historias de una región específica sin caer en clichés o distorsionar su esencia?

La respuesta, como lo han demostrado las diferentes reacciones al filme, no es sencilla. Mientras que algunos ven en Emilia Pérez una oportunidad para abrir diálogos necesarios sobre género y representación, otros consideran que estas conversaciones no pueden suceder al margen de un entendimiento genuino de las realidades que se pretenden narrar. Con premios acumulados y críticas divididas, la película de Audiard podría ser un claro ejemplo para cuestionar las formas en que se abordan las historias de América Latina en el cine global.



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